Son diversos los factores que deben influir en la elección de un saco de dormir. No se trata de
pensar si el saco es amable o amistoso. La mayoría de los sacos vienen calificados con una
medida en grados Celsius o Fahrenheit. Esta medida indica una diferencia de las temperaturas
ambientales a las que una persona podría sentirse cómoda. En esta medida influye la
tendencia de la persona a mantener una temperatura corporal alta o baja durante la noche, así
como la temperatura y condiciones climáticas a encontrar. Estas condiciones pueden ser afectadas por la altura.
Hay personas que tienen una capacidad para adaptarse a distintas temperaturas ambientales, manteniendo siempre su nivel de comodidad.
Otras personas se acaloran con facilidad y usualmente se enfrían con la misma facilidad. Esta característica física es afectada, entre otros varios factores, por la presión sanguínea y la irrigación de las áreas más externas del cuerpo. Una persona que tiene mala circulación en las capas cercanas a la piel seguramente tendrá una tendencia a sentir mucho frío. Estas personas deberían considerar el uso de sacos más bien de tres estaciones para los viajes en verano y un buen saco aislante, de una tasa cercana a los 0°F (-32°C) para los viajes invernales y de montaña.
Consejos:
– Mantener el saco seco, aunque sea sintético. Llevarlo en la mochila dentro de una bolsa es
muy fácil y se asegura mantenerlo seco, aunque se camine en lluvia.
– Como almohada, lo más fácil es usar la funda del saco lleno con ropa. Algunos sacos posee
un compartimiento con el mismo objetivo.
– El uso de un colchón es muy importante y ayuda a aislar del frío suelo y proteger de objetos
puntudos en la tierra.
Determinar la ropa adecuada para dormir es un aspecto muy relevante. Se tiene la tendencia a
pensar que ponerse varias cosas ayudará a soportar el frío. La ropa no produce calor. Es el
cuerpo el que produce calor, y es a través de la circulación que ese calor es repartido por el
cuerpo. Es labor de las capas de vestimenta y del saco, permitir que esa generación de calor
del cuerpo se mantenga a un nivel adecuado y cómodo para la persona durante la noche.
Usar mucha ropa o ropa apretada puede inhibir la circulación sanguínea a nivel cutáneo, con la
correspondiente pérdida de temperatura, debido a la incapacidad del cuerpo
para repartir sangre a temperatura necesaria.
En una noche fría, la mejor combinación es ropa más bien suelta, o bien
ninguna, y en especial un saco de dormir muy aislante.
El material aislante con que se construyó el saco influye directamente en la
calidez o abrigo.
La cabeza es considerada como uno de los mayores dispersores de calor, por
lo tanto al dormir con la cabeza destapada se pierde mucho poder calórico por
lo que es conveniente un saco con capuchón o protector de la cabeza.
Materiales naturales: sacos de pluma de ganso. El problema puede aparecer
en días lluviosos o de alta humedad ambiental. La pluma pierde mucho su
capacidad cuando está mojada. Una vez mojada toma mucho tiempo lograr
secarla.
Materiales sintéticos: estos materiales no llegan al nivel de aislamiento, con el mismo
volumen (bulto) que la pluma. Sin embargo la gran ventaja se tiene una capacidad aislante
estable cuando están mojados.
A SACO!!!