El movimiento scout celebra un siglo de existencia en la Comunitat Valenciana con una exposición que repasa su historia
No lo reconocen, pero son pequeños héroes desde niños. Los scouts existen desde hace un siglo en muchas localidades valencianas, y para conmemorar este centenario, la Biblioteca Valenciana ha organizado una exposición que recupera la historia y la memoria de este movimiento, conocido también como escultismo. La muestra, dispuesta en una sala del Monasterio de San Miguel de los Reyes, fue inaugurada ayer por la consellera de Cultura, Lola Johnson, y el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro. Podrá visitarse hasta el próximo mes de enero.
Casi 200 fotografías datadas a lo largo del siglo XX, documentos del mundo scout y otros objetos característicos, como insignias, carnés, pañuelos, hachas, sombreros o linternas, son algunas de las curiosidades que pueden contemplarse tras las vitrinas. En la entrada, da la bienvenida una gran bandera con mucha historia, pues perteneció a una de las primeras tropa de exploradores valencianos, del año 1912. La exposición, precisamente, lleva por título uno de los lemas principales de estos grupos de exploradores, ‘Siempre listos’.
Y entre los asistentes, destaca un grupo de exploradores que visten las prendas características de boy scout: camisa, gorro y pañuelo al cuello. Son el grupo scout Wontolla, una asociación cuyos miembros tienen amplia experiencia en el escultismo. Su coordinador, Miguel Company, perteneció de niño al Grupo III San Vicente Ferrer, el primer movimiento scout fundado fuera de la clandestinidad. “Me alisté a los exploradores tras la riada del 57, porque los vi colaborando en tareas de rescate y me fascinó. Tendría unos doce años”, relata. El scout ha participado durante los últimos cincuenta años en varias actuaciones de socorro. Una de las que mejor recuerda sucedió en la plaza de la Virgen, cuando se derribó un tablado durante una peregrinación de enfermos. “Los más jóvenes hicimos una barrera para contener las tablas y evacuarlos”, apunta orgulloso.
A raíz de la exposición, los scouts de Wontolla han querido recuperar la felicidad que experimentaron cuando eran jóvenes. “Creo que lo estamos consiguiendo”, señala Company. Pero el escultismo es una corriente con mucha historia, y destaca por su pervivencia hoy en día. “Resulta muy llamativo que un movimiento juvenil dure tanto”, explica José Ignacio Cruz, comisario de la exposición.
Entre las viejas glorias del scoutismo valenciano se encuentra Antonio Lara, que fue presidente de la Asociación Valenciana de Escultismo (AVDE) cuando surgió en la década de los 70. “Era un entusiasta y prácticamente vivía para ellos”, recuerda su mujer, Josefina Sánchez, visiblemente conmovida. La mujer, que donó a la muestra de la exposición una antigua guía sobre nudos scouts que perteneció a su marido, ha querido estar presente en ella inauguración. “Me encanta el entusiasmo que hay, creo que es un movimiento que no se puede perder”, opina.
Convertirse en scout
Pero, ¿qué requisitos hay que cumplir para ser un buen explorador? “En realidad no se exige ninguna condición especial, pero hay que tener claro que ser scout implica compromisos y una actitud concreta frente a la vida y las injusticias”, resume el coordinador de Wontolla. Aunque, por otro lado, una vida sana no deja de ser necesaria, especialmente “para llegar a estas edades”, bromea Company, en un guiño hacia sí mismo y sus compañeros. Aunque el grupo Wontolla nació “con la idea de descansar”, explica este. Realizan excursiones, reuniones, y “sobretodo almuerzos”, asegura riendo.
(REPRESENTACION DE SCOUTS VALENCIANS)
Estos pequeños héroes se forman desde niños. “Tanto las técnicas como los juegos que realizamos están vinculadas con el socorrismo”, cuenta Company. Y lo cierto es que, una vez convertidos en exploradores, “disfrutamos mientras hacemos cualquier servicio” dice este scout. Ser scout es mucho más que realizar excursiones y estar en contacto permanente con la naturaleza. “Sientes la obligación de ser siempre el primero en actuar, y de aprender cosas para servir a los demás”, añade.
Adaptación constante
Vivir durante un siglo entero ha obligado al escoltismo a reinventarse. La sociedas avanza y se moderniza, y por ello los scouts no podían quedarse atrás. Por eso, las actividades que realizan hoy en día los jóvenes exploradores poco tienen que ver con las instantáneas que recoge esta exposición. “Ahora impulsamos juegos y actividades que profundizan en valores”, concretan Laia García y Xuano Vidal, de la Federació d’Escoltisme Valencià (FEV). Estos dos jóvenes llevan inmersos en el mundo del escultismo desde que eran niños, pero ahora forman parte de la estructura organizativa de la asociación -Xuano es vicepresidente-.
Entre las propuestas programadas por la FEV hay campamentos o fines de semana con excursiones y actividades en la montaña, especialmente dirigidas a los más pequeños. Pero “cuando tienen unos 16 años realizan tareas de voluntariado social”, apunta Laia. “Me gusta definir el escultismo como un movimiento de transformismo social”, concluye.
(MIEMBROS DEL GRUPO SCOUT WONTOLLA)
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